"... solo son palabras... palabras que son, de mi vida, un momento... de mi existencia, un lamento..."

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Mónica García-Ferreras

21 de julio de 2011

"2616"

Trago pétalos de rosa y lágrimas de cristal mientras en tus manos crecen las amapolas.
Tengo el alma en pie de guerra; los erizos rojos han vuelto a caminar pero yo no tengo zapatos para correr y escapar.
Hago nudos con cuerdas de guitarra y los cuelgo del techo. Son suicidas a la espera de su inevitable caída en un mar de horas robadas a una primavera adolescente.
Peino el reflejo de tu pelo negro sobre la almohada, leo en los dobleces de las sábanas, ensayo despertares, recorto tu silueta y la baño en luz de atardeceres.
Destilo el perfume de las notas bordadas en la pared, me enredo en huellas de manos y pies, respiro el verso suspendido en el aire, pongo nombre al refugio, ya huérfano de calor y abrigo y planto la hiedra que lo protegerá hasta tu ansiado pero imposible regreso.

14 de julio de 2011

"Sueño"

Tu aliento en mi nuca, comienza el sueño…
Tus manos en mi espalda trazan un camino de estrellas de papel celofán, encuentran refugio y  pequeños lugares donde anidar, liberan mis alas… Soy ave en tus brazos y vuelvo a volar. 

Vuelo y sueño, siento y muero...
Tus manos en mi espalda, territorio casi virgen, donde tus dedos vencen al guardián, descubren mis secretos, desempolvan a la ya olvidada risa de niña y anulan mi coraza.
Beso tu respiración, susurro en tu vientre, bebo tus palabras y echo el cerrojo al atardecer.


Tu aliento en mi nuca, termina el sueño... porque ahora ya solo es un sueño.

9 de julio de 2011

"Bella estampa" (FERIAL IV)

Tu lengua bífida se hunde en la cerveza caliente, amarga… mientras en tu garganta resuena una carcajada anciana y adolescente a la vez, odiosa, ignorante… como la risa mecánica de aquel viejo muñeco de la caja de cartón.
Tus ojos vidriosos pero bellos no me ven, no me quieren mirar… están anclados en el brillo de los farolillos rojos que absurdamente intentan adornar  las paredes de los edificios grises, dignos de cualquier polígono industrial.
Tu sonrisa malévola y seductora se ha puesto a la venta al mejor postor…  está cincelada en tu rostro para que yo no pueda olvidarla, para que todos la vean, para ser el reflejo de tu alma vacía, de tu alma de estatua.
Me empujaste desde el décimo cuarto piso, estoy magullada, desnuda, rota y casi muerta… pero he vuelto para mirarte de frente.  He vuelto para ver esta estampa de feria caduca, de verbena trasnochada en la que el vaso de plástico es el trofeo, las manchas amarillas en  las camisas las medallas… y las medias de rejilla el objeto de los piropos.
Estoy delante de ti pero seis brazos masculinos bien aleccionados me impiden el paso, me golpean y silencian mi voz.  Tú te giras hacia las luces de neón, solo quieres escuchar la melodía desafinada que escupen los altavoces. 
Mis gritos ahogados de dolor te molestan y apuras tu cerveza hasta el final..
Tú también gritas -¡Quiero otra cerveza!-
 Y los enanos te traen en bandeja de plata tu cerveza número cien..
Para cuando llega el whisky yo ya he muerto… ya no oigo los brindis, las risotadas… ni siquiera siento cuando, sin darte cuenta, pisas mi mano con tu bota llena de barro…
Solo siento el aliento de un perro callejero que me huele los pies y las babas de algún borracho cayendo sobre mi mejilla.

"Circo" (FERIAL III)

Despierto, no hay hora, no hay reloj… hay poca luz.
Lentamente me incorporo, un dolor agudo ha anidado en mi nuca, hijo de tu golpe certero, en un lecho de sangre reseca…
Me duele… nadie ha curado la herida mientras estaba inconsciente.
Por una rejilla metálica entra el aire polvoriento y desgastado del verano… pero ya no es verano. Nunca es verano…
Me acurruco en este sofá lleno de manchas, restos de maquillaje barato, de pinturas de payaso y de alcohol. En frente de mí, sobre una silla metálica, oxidada… antiguo trono de artistas trasnochadas, me espera un disfraz hecho jirones. Un trozo de tela mordido por los perros y manoseado por los enanos.
No quiero ponerme ese disfraz… pero sé que el espectáculo está a punto de empezar.
Intento ponerme en pie, la alfombra quema, no tengo manos y desde la pared los ojos de los trapecistas, domadores y magos de otros tiempos me miran inquisitivos.
Vieja caravana de circo… con olor a animal moribundo y a gominola caducada.
Ya escucho el rugido de los famélicos leones y la desafinada melodía de un bandoneón de juguete.
Ya escucho el látigo romperse contra el aire y  las risas ancianas y huecas de los payasos hastiados de aguardiente y palomitas.
Das una patada a la puerta de la desvencijada caravana y entras; vienes a buscarme, es mi turno. Con manos firmes me vistes, soy una marioneta y  yo no veo más que tu sonrisa (siempre sonríes)
Hundes tus finos dedos en un bote de pintura blanca y la esparces sobre mi rostro, pareciera que quisieras borrar mi piel, hacer desaparecer cualquier huella de mis facciones.
Sé que nunca fui demasiado bonita para ti…
Rematas el diseño de mi nuevo rostro, de mi nueva máscara con el dibujo de una extraordinaria sonrisa, roja, brillante… sensual, vacía, absurda y mala…como la tuya.
Y orgulloso me llevas de la mano hasta la carpa… dentro reina la oscuridad y el silencio de los descampados periféricos de las ciudades.
Casi con mimo pasas un brazo sobre mi hombro y me acompañas hasta el centro de la pista.
Los focos se encienden a tu orden, me ciegan…
Alguien entre el público suelta una carcajada, una risa estridente que rápidamente se extiende entre las butacas como el fuego guiado por un hilo de gasolina. El circo se viene abajo, todos ríen, el público ríe, los enanos ríen, los payasos ríen…
Tú ríes…


"Baño" (FERIAL II)

Apenas puedo abrir los ojos, los párpados me pesan y un dolor punzante trepa desde mi estómago y se enreda en mi garganta como una serpiente. El puñal sigue clavado en mi vientre pero ya no sangro… estoy vacía de sangre, de aliento, de alma, de noches, de días, de sol, de lluvia… de palabras, de miradas, de playas, de viento, de aves…
Tengo sed, mucha sed…
Camino por el largo corredor apenas iluminado por una bombilla desnuda que tiembla ahorcada por un amasijo de cables roídos…mis nudillos se abren con el roce de la agrietada pared, sangran  y pintan, duelen y guían..
No sé dónde estoy, no reconozco este suelo frio de losetas de internado… 
Te oigo, oigo tu risa, (siempre ríes), oigo el entrechocar de las copas de cristal, huelo el vino derramado,  el café quemado, el perfume caro…
Y me encierro en el baño…(porque quiero agua, solamente beber un poco de agua)
Un hilo amarillento  se escapa por el grifo de un lavabo poblado por las palomas desmembradas, por las palomas más viejas de la ciudad. Acerco mi mano a ese agua sucia (solo quiero beber) pero ellas picotean mis nudillos heridos… 
No puedo beber, no puedo calmar mi sed en este baño de azulejos blancos salpicados por manchas negras, nidos de moscas… que aplastadas también adornan el espejo torcido en el que yo me reflejo como niña, payaso, rata, mujer fea, loca actriz de sombra celeste y pintalabios desmedido a la luz de un fluorescente de almacén.
Baño de psiquiátrico, baño de prostíbulo, un baño…donde me tapo los oídos para no escuchar tu risa (siempre ríes)…
Quiero irme de aquí pero no sé dónde estoy… solo recuerdo un nombre: Sacav...

"Desfile" (FERIAL I)

Posas como un modelo, un modelo de sal, hueco y vacío que se sabe irresistible.
Te mantienes erguido; torso y cuello erectos mientras por tu espalda trepan los gusanos.
Escondes tus manos manchadas de sangre, intentas ocultar las huellas de tus anteriores  asesinatos hundiendo los dedos en los bolsillos apolillados.
Sonríes, (siempre sonríes) mientras al otro lado de la carretera yo trago carbones y trozos de catálogos de viajes.
Orgulloso de tus destrozos pides más aplausos, más vítores… y jaleas a los enanos que llenan tu copa de champan.
Enarbolando la bandera de la conquista comienzas a subir las estrechas y empinadas calles del Barrio Alto seguido por los gatos callejeros que huyen de la luz del sol.
Te detienes en cada una de las esquinas en las que yo soñé besarte y escupes. Te detienes en cada uno de los rincones de los que me hablaste y muerdes a las muñecas de labios rojos que celebran tu triunfo.
Soy la última en este desfile de carnaval… no tengo disfraz, voy descalza y mis pies están fríos. 
Los enanos de tu corte me señalan con el dedo y a mi paso escucho risas y burlas… entremezcladas con los acordes de un fado triste y melancólico que habla sobre mi muerte.
-¿Me has traído hasta aquí para matarme?- grito.
Pero tú ya me has clavado un puñal en el vientre y sonríes (siempre sonríes)… mientras mis pulmones se llenan de un aire con olor a café, mar y peces muertos.


"Agosto 0.0.6" (I y II)


Fuego en la azotea.
Me quemo los pies y olvido respirar.
Abro mi mano y solo tengo dos girasoles marchitos.
Me besas rápido. Apenas me da tiempo a mirarte antes de llegar al precipicio.
Caída libre. Soltaste mi mano. Estoy muerta.


5 de la tarde.
La carretera amarilla se anuda a mi cintura y viajo en círculo.
Busco la llave, el truco y el sueño. Me busco.
Agosto muerto.
Tiendo los pedazos de mi alma cuando empieza a llover y me aplasto contra la pared.

7 de julio de 2011

"Déjà vu"

Ella contempla aquel rostro...
lluvia, niebla, polvo...
Sus suaves facciones se confunden con la nada...
Ella huye del vacío...
camina, corre, cae...
Asume la tragedia,
se encoge de hombros...
Reconoce el dolor como obligado compañero de viaje...