Rompes mis palabras con un beso; beso convertido en verso.
El verso azul sin letra que respira en tus ojos.
Callo yo y calla la ciudad, eres dueño y señor de los silencios llenos.
Laten los segundos en mi aliento deseando el inmediato secuestro.
Quiero cuidarte, anudarte en mi aire con sábanas blancas y confundirte.
El cielo se abre bajo mis pies; cielo en el techo, cielo en tus ojos...
Demasiado azul para ser cierto.
Demasiado azul para ser cierto.
Demasiada belleza en tu ser para una mortal oscura.
Tú alado y yo de hierro.
Desarmada desde el centro, de puntillas y despacio… mientras tú paseas por mis juegos, por las mentiras que disfrazan el fuego.
Eres línea de horizonte y secreto, eres manos que gritan y escucha sobre el suelo.
Eres lienzo.
Frágil con voz de buenas noches, pequeño que no sabe que es grande.
Niño azul… no rompas la pared, vaga conmigo por el tiempo.