Cristales rotos sobre el asfalto.
Un crujir atronador que hipnotiza a los desesperados.
Un dolor que alivia el peso de la verdad desnuda.
Un dolor que devora los talones e invita a mudar de piel y
alma.
Mientras duelan ellos no me dolerá tanto su espalda y mi
mendiga.
mendiga.
Abofeteo mis anhelos en
un intentó por recuperar el equilibrio
sobre el suelo.
sobre el suelo.
Demasiados vuelos en círculo sobre sus ojos.
La noche se llenó de oídos sordos y el tranvía pintado de
color
niebla ya no tiene parada en esta estación.
niebla ya no tiene parada en esta estación.
Estrangulo los gritos acumulados en mi vientre mudo y en mi
garganta amordazada.
garganta amordazada.
Ya no sirven. Ya mueren.
He de despedirme de las palabras que caían sobre los
peldaños
que llevaban al cielo.
que llevaban al cielo.
He de regresar a los trasteros y a los cuartos de los
contadores de
luz.
luz.
No obtuve la máxima calificación. No soy apta.
Ahora solo puedo caminar entre la muchedumbre de recortables
y
disfrazarme de hormiga.
disfrazarme de hormiga.
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