Bebí...
detrás de las cortinas
en la espalda de los suspiros
para ahogarme,
para dormir...
Heridas las manos
y los empeños..
Ya no valen las toallas,
las novelas ni mi cuarto.
Soy gusano.
Durante los agostos
comí gritos de entrañas
y decadencia de hormigas.
Eterna búsqueda de meñiques
en lo más pequeño
mientras los hermanos
de labios en la espalda
desfilaban
y afilaban el futuro.
(Ayer estrellaron contra el suelo
más de cien bombillas desnudas)
Más llega otoño
con la frágil esperanza
lavándonos cada día la cara.
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