Quizás amar
en los montículos del aire con el sol de cara y los nenúfares quietos.
Abrigar
mañanas con el sabor de la lluvia clavado en el cielo de mi boca.
Hacer
míos los hombros desnudos que hacen respirar a las cortinas blancas.
Susurrar en lo más alto de los tejados...
Susurrar en lo más alto de los tejados...
Quizás
me salve…
Mónica, sencillamente, ¡entrañable y maravilloso!
ResponderEliminarMe gustaría escribir asi.
Te felicito por la obra de teatro.
Espero pronto haya otra.
Saludos. Alicia